12/29/2010

Deseariamos que lo que no decimos caiga en el olvido, pero lo que no decimos se nos acumula en el cuerpo, nos llena el alma de gritos mudos. Lo que no decimos se transforma en insomnio, en dolor de garganta, en nostalgía, en destiempo. 

Lo que no decimos se transforma en error.

Se transforma en deber, en deuda, en asignatura pendiente. Las palabras que no decimos se transforman en frustración, en tristeza, en insatisfacción. Lo que no decimos se transforma en trauma.
En veneno que mata el alma. Lo que no decis te encierra en el pasado.

Lo que no decimos se transforma en herida abierta.

Una palabra puede ser mas potente que una lluvia de misiles.

Porque una palabra dicha, o no dicha, gritada o susurrada, puede desatar UNA REVOLUCIÓN.

Uno no se da cuenta de todo lo que tiene para decir, hasta que empieza a decirlo. Las palabras estan ahí, atrapadas en tu cabeza, quieren salir, quieren ser dichas, quieren ser gritadas.
Uno cree que las palabras dan respuestas, pero dan algo más poderoso: PREGUNTAS.

Las palabras cuando llegan, te despiertan.
Las palabras son pensamientos que se transforman en acción.


Las palabras provocan, inquietan y movilizan. Dicen que una imagen vale mas que mil palabras, pero cuando una palabra tiene valor, contiene mil imágenes.
Hay acaso, ¿hay una expresión más hermosa, llena de sentido y amor que, '' te doy mi palabra'' ?
Te doy mi palabra, es un acto de entrega, de amor, de confianza. Es más que una expresión de deseo, un compromiso de vida. Es un acto de fe.

Porque cuando todo perdió valor, puede rescatarnos la palabra.




nota: tuti santarelli

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